Homenaje a los escaladores Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, en el cincuenta aniversario de su muerte en la cara norte del Eiger.

LA ASISTENCIA AL HOMENAJE ES LIBRE Y NO HAY NINGÚN INCONVENIENTE EN QUE, QUIEN LO DESÉE, PUEDA CENAR CON SUS PROPIOS ALIMENTOS AUNQUE PARA HACERLO EN EL CATERING DEL PABELLÓN ES IMPRESCINDIBLE LA RESERVA CON 25 EUROS.

¡NO FALTEIS, OS ESPERAMOS EN MEZALOCHA!



miércoles, 30 de mayo de 2012

CORDADA RODOLFO-SANTIAGO, 1974. ORDESA, GALLINERO. INTENTO AL ESPOLÓN DEL FIRE.

Espolón Este del Gallinero

 
                                                            TERCERA PARTE
                                                 
Ordesa.  El Espolón Este del Gallinero. Julio 1974


    En julio de ése año nos acercamos al valle de Ordesa para escalar el Espolón Este del Gallinero, la Rabadá-Navarro
    Habíamos llegado desde Riglos y a primera hora de la tarde nos encontrábamos en un pequeño vivac, un poco por debajo del comienzo de la vía y rodeados de tormentas con aparato eléctrico, que estuvo un buen rato descargando. A la vista de ésta situación decidimos volvernos a Riglos, y cuando teníamos ya las mochilas puestas para empezar a bajar, paró la tormenta y empezó a abrirse claros en el cielo, por lo que tomamos la decisión de meternos en la pared.

    Aunque la vía ya se había hecho sin vivac, seguramente por más de una cordada y teniendo en cuenta la hora que era, nos metimos con la idea de hacer noche en la pared, la cuál hicimos en la cuarta o quinta reunión, en una repisa.

    Al día siguiente continuamos la escalada  con buen tiempo y el pasaje del Techo Central, que es muy aéreo, es desde luego espectacular. Al final del flanqueo, pero antes de salir del techo, hay un pequeño nicho absolutamente volado, y recordé entonces lo que me habían contado en Riglos nuestros amigos maños y fue que durante la primera ascensión, habían hecho reunión en ése pequeño nicho. Es sin duda, una de las reuniones más aéreas de las que yo tenga conocimiento. Acabamos la vía sin más incidencias que una tormenta que se desató por la tarde, por la muralla donde discurre la Senda de los Cazadores al otro lado del valle, pero no nos afectó.

 
  
Primer intento al Espolón Suroeste del Firé. Enero 1975
                                                                                                             
   A primeros de enero me encuentro de nuevo en Riglos con Rodolfo Assas. Él ha venido de Madrid y yo desde Candanchú, pues dispongo de unos días de permiso. La primera vía que hacemos es El Carnaval, pues nos gustó tanto cuando la hicimos el pasado mes de abril que estimamos, que al ser tan vertical nos venía muy bien para ir calentando. Después hicimos una de las primeras repeticiones de la José A. Sanz al mallo Melchor Frechin y mas tarde, la cuarta o quinta escalada a la Norte del Puro. (Rodolfo y yo hicimos, en quince meses, tres veces la Norte del Puro, la 4ª, 5ª y 7ª ascensiones respectivamente) si no recuerdo mal, aunque no recuerdo las fechas exactas. Lo que si que recuerdo perfectamente es que, sobre todo la primera vez, nos pareció muy difícil y mantenida y que “aullamos” mucho, (como decíamos entonces).

Unos días después, sobre el 6 de enero, nos metemos al Espolón del Firé con provisiones para varios días. A partir del punto donde se separa de la Villar, la información de la que disponíamos no nos aclara mucho y la reseña que circulaba entonces, mejor ni mirarla, pues asustaba solo con verla.

 Primer intento al Espolón S.O del Fire. 4º largo. Santiago Hernández. Enero 1975.
 
   Llegamos con buen horario a dicho punto de separación, e inicié el siguiente largo de primero de cuerda. De la reunión flanqueé unos metros a la derecha, donde encontré una melilla muy sólida y bien pitonada. Pertenecía, creo, a Ursi-Ibarzo de su ascensión de hacía poco mas de siete años. A partir de aquí ya no pude seguir el flanqueo, por la dificultad que oponía la pared. Unos cuantos metros por encima de donde me encontraba y desplazado a la derecha, se encontraba un techo rojo, el cual se extendía de forma horizontal durante varios metros, también a la derecha, con un muro vertical debajo de él.

Primer intento al Fire. Santiago intentando uno de los primeros largos. Enero de 1975.

   De la melilla me dirigí en diagonal ascendente al comienzo del muro bajo el techo, para bordearlo y salir al filo del espolón. Lo escalé poniendo las manos en el ángulo que forma el techo con el muro, y los pies, en el mismo muro. Seguí  durante unos cuantos metros sin poder pitonar, todo muy difícil y mantenido hasta que llegué al final del techo, pero no podía colocar ningún seguro y me estaba cansando. Intenté colocar un pitón a la derecha de donde me encontraba, muy bajo, al otro lado del espolón, por lo que no tenía visión y muy forzado, conseguí colocarle y aunque no quedó muy fuerte, esperaba que sí lo suficiente para aguantar mi peso. Saqué un estribo y me colgué del clavo, y al hacer un movimiento se soltó, por lo que caí en péndulo unos 25m.
 Me golpeé en una pierna, sin más consecuencias que un pequeño dolor y algo de cojera durante unos días. Remonté a la reunión y al subir, me dí cuenta por dónde iba la travesía.
El pitón que aguantó toda la caída fue el de Ursi, que ni se había inmutado y justo a ésta altura, había que destrepar unos cuantos metros verticales hasta llegar al inicio de una entosta muy estrecha, que se alarga a la derecha y se sigue hasta una fisura que te deposita en un pequeño nicho, a la altura y cerca del comienzo de la fisura conocida como “La Cicatriz donde se hacía reunión, ya en el canto del espolón. 
 
    Atacó Rodolfo el largo que es verdaderamente “muy Riglero” y llegó a la reunión sin problemas, pero al ser una travesía sobre una pared redondeada, nos llevó mucho tiempo pasar el petate a la reunión, pues rozaba mucho. Escalé la travesía y me reuní con Rodolfo. Me dolía un poco la pierna porque se había enfriado, así es que decidimos dar por terminada ésta “batalla” pero no la “guerra”, pues  pensábamos volver tan pronto como pudiésemos.
   En el pueblo habían visto mi caída, y como pensaban que podría haberme herido, la señora María nos preparó en una habitación, una cama para el accidentado. Afortunadamente no hizo falta. Volvimos a su casa y al rato de llegar, Rodolfo se tumbó en dicha cama (la del “muerto” la llamábamos), y poco después entró la señora María y al encontrarle tumbado exclamó: -¡pues no te jode el “Rubio Malpelo” (así le llamaba siempre que le regañaba), que entro a la habitación y le encuentro largo y tendido con sus cojonazos!

Santiago Hernández
 Santiago en la Norte del Puro, con Rodolfo. 4ª Ascensión, 1974 o 75.






HABLANDO DEL GALLINERO
 Mayo de 1978. Diedro de la Avalancha
Justo a la izquierda del esbelto espolón se alza el formidable "Tridente de Cotatuero". Aquella pared me llamó la atención con ocasión de una repetición a la "Anglada-Cerdá" del Gallinero. Al primer intento con Francisco Almenar, "Royo", y Pascual Sisamón, no pudo ser. Yo estaba en la mili y tuvimos que bajarnos tras subir un centenar de metros. Volví quince días más tarde con Javier Escanero y resolvimos aquel precioso "Diedro de la Avalancha", noble y atlético, en Vº y V sup. Le pusimos ese nombre por una hermosa colección de bloques que cayeron de lo alto. Por suerte estábamos bajo un techo, en una reunión sobre estribos. Si llega a caer cuando estábamos en la base encordándonos ¡nos liquida!

 
 DESDE RUSIA RECIBIMOS UN MENSAJE DE AFECTO DE NUESTRO COMPAÑERO RODOLFO ASSAS
 
Querido Amigo Jesús.

Ha sido para mí una sorpresa el volver a saber de ti. Después de todos los años pasados veo que has formado una familia y te felicito por ello. Hoy en día es algo raro ser como Dios manda. Como te dije te remito unas palabras para tu blog y homenaje a Rabada y Navarro.
Cuando comencé a conocer la personalidad de aquella cordada, dirigida por Alberto (Edil), una especie de nombre que quiere decir recto, directo quede totalmente fascinado por su espíritu de pionero, en dirigir su mirada a las paredes más insólitas y bonitas de España, siempre estaba dispuesto a conocer más de sus vidas de sus aventuras, recorrer sus escaladas, ver los sitios que ellos vieron, andar por los caminos esforzados que ellos anduvieron, sus itinerarios con esas  travesías tan peculiares de los geniales escaladores que fueron. Aprendieron en los Mallos de Riglos, fueron gentes sin complejo ante la verticalidad, siempre lógicos en sus trazados. En aquel tiempo solo tuve un pesar no haberles conocido en persona, pero en sus escaladas estaba aún presente algo de ellos, sus clavos, sus pasos, la soledades de aquellas fisuras, la grandeza de las cumbres que escalaron juntos hablan mejor que nadie de los mejores escaladores que ha dado España, Alberto Rabada y Ernesto Navarro. Pienso que hoy en día no se pueden entender los sentimientos que nos hacían escalar como escalábamos y en la forma que lo hacíamos. Yo conocí esas generaciones de escaladores natos formados por sus sueños, lejos de los gimnasios y la sofisticación con manos duras y arañadas, vestimentas sencillas y gastadas, cuerdas llenas del aroma a piedra, allí donde se encuentra esto siempre estarán Rabada y Navarro. Un saludo muy grande a mis entrañables compañeros y amigos los escaladores maños, os quiero y recuerdo.

 Rodolfo de Assas.
 





3 comentarios:

  1. Me consta que la señora María "Carasol" os tenía mucho afecto. La gente de Riglos buenísima, ahora y siempre.
    Bueno, qué, Santiago: ¿Conseguirémos que tu compañero Rodolfo venga el año que viene a Mezalocha?
    Mira, yo creo que ya se lo está pensando.
    Un saludo.

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  2. Un saludo muy fuerte para Rodolfo, de Santiago Pino, todavía me acuerdo mucho de vuestra cordada, Rodolfo-Santiago.
    Espero que te siga bien pos esas tierras lejanas.

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  3. Despues del homenaje en Mezalocha, hablando con Valentín Asensio y Fernando Orús, me han comentado que ellos dos escalaron la Norte del Puro en fechas anteriores a nosotros (Rodolfo Assas y Santiago Hernández), que soy yo. Así, de esta forma, ellos realizaron la cuarta ascensión a dicha vía y nosotros la quinta y no la cuarta como erróneamente aparece en esta entrada.

    Se puede pensar sin duda que es algo que tiene una importacia relativa, pero a cada uno lo suyo, por supuesto.

    Un fuerte abrazo para mis amigos maños, Valentín Asensio y Fernando Orús.
    Santiago Hernández

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