Homenaje a los escaladores Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, en el cincuenta aniversario de su muerte en la cara norte del Eiger.

LA ASISTENCIA AL HOMENAJE ES LIBRE Y NO HAY NINGÚN INCONVENIENTE EN QUE, QUIEN LO DESÉE, PUEDA CENAR CON SUS PROPIOS ALIMENTOS AUNQUE PARA HACERLO EN EL CATERING DEL PABELLÓN ES IMPRESCINDIBLE LA RESERVA CON 25 EUROS.

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miércoles, 9 de mayo de 2012

CORDADA RODOLFO-SANTIAGO. EN LOS PICOS DE EUROPA.

Foto: Isidoro R. Cubillas


Picos de Europa. Arista del Jiso y Oeste del Naranjo. 1973                                                                                           
                                            
    En Atocha, había un club de montaña que se llamaba los Salesianos de Atocha, y allí nos reuníamos por ésas fechas muchos escaladores: Santiago Pino, Javier Avellano, Rafa Domenech, Carlos Canet ( Nerón), Miguel Canet, Agustín Arrabal, Jesús Gutiérrez ( Pluto), Daniel Guirles, Miguel A. Mora (Biafra), Marisa Montes, José L. Ortiz ( Tronco), Paco Aguado ( Calavera) … y muchos amigos que se incorporaron mas tarde como Luis Campos (Luiso), Ramón Portilla y algunos mas.

    A finales de junio nos vamos un par de semanas a escalar a Picos de Europa, con el objetivo de hacer la Arista del Jiso y la Oeste del Naranjo o Rabadá-Navarro. Aprovechamos el viaje de ida de un autocar que había puesto el Atocha a Espinama, con motivo de un puente de varios días. Hacía sólo unos días que Chema, un amigo de Rodolfo de Cuatro Caminos y otro amigo, se habían metido muy temprano al Jiso con las fundas de vivac para intentar hacerlo en el día; durmieron muy alto en la pared y al día siguiente la acabaron. Los seiscientos metros de arista, la gente con experiencia estaba claro que los hacían ya entonces sin vivac, pero no era nuestro caso.
 
   Rodolfo y yo era la primera vez que íbamos a Picos y apenas teníamos una ligera idea de cómo se llegaba al pie del Jiso. Nos subió un camión a los prados de Áliva y llegamos medio despistados al collado de Cámara, totalmente envueltos en la niebla. La estrategia era la siguiente: bajamos del collado y buscamos el pie de vía, un vivac y agua, nos acostamos pronto y mañana, con las primeras luces del día y un par de fundas de vivac, nos metemos a la vía a ver si la sacamos sin vivac. Creemos que sí, pues ya sabemos que no es tan difícil como decían los croquis que circulaban por ahí.

    Bueno, pues estábamos cerca del pie de vía buscando el vivac, cuando de pronto,  entre la niebla, oímos un ruido familiar para nosotros; el inconfundible sonido que hacen las clavijas, estribos y mosquetones cuando alguien va andando, y al ir colgando, chocan entre sí. De pronto, aparecen dos escaladores veteranos, de unos treinta y tantos años, navarros o vascos. Eran más de las dos y media de la tarde y Rodolfo y yo, pensamos que quizás vienen de escalar por la zona y vuelven al vivac, pues deben de tener por aquí sus mochilas.

    Nos saludamos y nos dicen que van al Jiso. Les preguntamos si tienen sus cosas en un vivac por aquí cerca, pensando que se meterían a la vía al día siguiente temprano y nos dicen para nuestra sorpresa que no, que van a la vía ahora mismo, con la idea de acabarla antes de que anochezca. Rodolfo y yo nos miramos durante un segundo con una sonrisa de complicidad, y sin pensárnoslo dos veces, les dijimos a la vez ¡ah, pues nosotros también!
 
   Empezamos la vía detrás de ellos, a las tres de la tarde. Llevábamos dos cuerdas de 60m., yo llevaba unas cletas dos números por encima de mi talla, que era lo único que tenía y la suela, que era de una marca llamada Cervino, era mas dura que la madre que la parió, pero bueno, en la caliza de Picos me hacía el apaño. Éstos muchachos, además de tener mucha mas experiencia que nosotros, estaban muy entrenados y probablemente, ya habían hecho la vía anteriormente. Nos esperaron varias veces y de lo que mas me acuerdo, es que íbamos recuperando cuerda a toda prisa  cuando subía el segundo de cordada, que era lo que mas nos cansaba. Acabamos juntos la vía a las ocho de la tarde, nos bajamos a vivaquear a pie de vía y nunca volvimos a ver a éstos escaladores. Poco después me enteré por “El Químico” que anteriormente, ya una cordada había hecho ésta vía en tres horas y cuarenta minutos o menos, y creo que me dijo que era vasca.                                                                                                   
  
    Al día siguiente hacia mediodía bajamos a Espinama, y como se suponía que durante todo ése día estaríamos haciendo la vía, algunos compañeros de viaje que estaban por el pueblo, se sorprendieron al vernos y cuando les dijimos que ya la habíamos hecho, nadie nos dijo nada, pero después nos enteramos de que mas de una persona no se lo había creído.
En el centro el Jisu con su arista.

   A los pocos días, por la mañana temprano nos encontramos al pie de la Oeste del Naranjo. En el inicio mismo de la vía, había una placa a la memoria de Pachi Berrio y Ramón Ortiz, en recuerdo de una epopeya de hacía poco mas de cuatro años, digna de todo el respeto de la comunidad montañera hacia estos admirables escaladores. Esto ayudaba a afrontar la escalada con humildad, si es que no ibas ya con ésa predisposición.

Cara oeste del Naranjo de Bulnes.
Foto: Santiago Hernández.



   Hicimos un vivac en Rocasolano, arriba del Gran Diedro. Nos faltó algo de material, llevábamos varios mosquetones de hierro además de los de aluminio  y aún así, en el tercer largo original, nos faltaron. Pasamos mucha sed porque perdimos una cantimplora llena de agua, y salimos muy cansados pero muy satisfechos por haber podido hacer ésta fantástica y mítica vía. Tanto para Rodolfo como para mí, éste fue nuestro primer vivac en pared, después vendrían más.

Ernesto Navarro (en los puros huesos), y
Alberto Rabadá, tras escalar la cara oeste
del Naranjo de Bulnes. Verano de 1962.
 



6 comentarios:

  1. Bueno, pues con alguno de esos "salesianos" llegué a hacer muy buena amistad. A Javier Avellano, que ya murió, le busqué un trabajo en Zaragoza, de descargar camiones y vagones de abono. Daniel Guirles me prestaba un piso que tenía junto a su casa. Rodolfo tambien me llevó a la suya en alguna ocasión. Vivía en Cuatro Caminos. Chico, muy buena gente, muy legales.

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    1. Soy hermana de Javier Avellano, me agrada mucho saber lo querido que era mi hermano en el mundo de la montaña. El me habló en muchas ocasiones de sus amigos los "maños". Un fuerte abrazo de los dos.

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  2. javier urcina muñio "Suizo para los amigos"8 de mayo de 2012, 0:48

    No sabia que se hiciera vivac en el "Jiso" Creo que los Madrileños Manuel Moreno"Pego Loco",Fulgencio "El Esteril"(Tabajaba un conpartimento esteril haciedo no se que,y los de Zaragoza Ramon Condon"Pajarraco" y el que suscribe en julio de 1971 hicimos la 2ª ascension y no creo que nos dieramos mucha prisa en madrugar para salir en el dia.Bonita y larga via pero sin la dificultad y compromiso que sugeria la reseña de los primeros ascensionistas.-

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  3. Vaya Javier, me sigues sorprendiendo. No sabía que habías subido esta ruta tan elegante. Yo no la he subido pero tiene un aspecto magnífico aunque no tan resaltona como la cara oeste del Naranjo.
    Un saludo.

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    1. Amigo Suizo: te felicito por haber tenido la suerte de hacer la segunda ascensión a ésta bonita vía.

      Por otro lado te informo de que mi conocimiento sobre la apertura y primeras repeticiónes de ésta vía, era entonces y lo sigue siendo aún hoy, bastante limitado. Es decir, ni se si la abrieron en uno o varios ataques, ni si hicieron o no vivac en la pared. Lo mismo que en sus primeras repeticiones, no tenía ni idea que ya éstas, las hubieran hecho sin vivac. Te agradezco que me lo aclares en tu comentario, pero debes de tener en cuenta las circunstancias, algunas de éllas, ya expresadas en el texto.

      El grupo de amigos con el que por entonces yo salía a escalar, éramos jóvenes con muy poca experiencia, y menos aún en paredes grandes, ya que Rodolfo y yo éra la primera vez que nos metíamos en una pared tan larga. Yo llevaba unos catorce meses escalando y mi compañero, hacía mes y pico que había cumplido quince años. Además, como ya dije en el anterior relato, habíamos aprendido a escalar "por nuestra cuenta y riesgo" con lo cual, no es de extrañar que no estuviéramos bien informados sobre el Jiso.

      En cualquier caso, en el ambiente que nos movíamos nosotros, la idea que predominaba era que si no te metías temprano a la vía, muy posiblemente hacías vivac. Por ésa razón, nosotros sí que nos dábamos prisa en madrugar, considerando que no teníamos tanta experiencia en montaña como seguramente ya tenías tu, en el año 71 ni probablemente estábamos tan entrenados, como tu cuando la hiciste.

      Por último, decirte que mi relato se limita a contar las cosas con honestidad, tal y como ocurrieron. No pretendo hacer ver que nuestra escalada al Jiso fuera una proeza, en todo caso, y considerando el planteamiento inicial con el que fuimos ha hacerla, una anécdota simpática.

      Recibe un afectuoso saludo.
      Santiago Hernández

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  4. Espectacular la foto del Naranjo de Bulnes remitida por Santiago Hernández, prestigioso alpinista madrileño y colaborador del blog de Homenaje a Rabadá y Navarro.
    Gracias por tu apoyo, amigo Santiago. A ver si localizas al querido Rodolfo y nos lo traes a Mezalocha. ¡Estaría genial!

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