Travesía en la cara oeste
Gregorio Ariz Martínez
Segundo día.
Una claridad invade la tienda y con verdadera
curiosidad nos asomamos al exterior, pues del tiempo que amanezca depende
nuestro triunfo. Por suerte está radiante y el frío aprieta con gusto.
Una vez desayunados nos adentramos en el
problema principal de la pared. Una delicada travesía que pone en juego la
pericia y el equilibrio de los que la recorren, nos entretiene ahora a nosotros
durante algún tiempo. Viéndole pasar a José Ignacio, no parece que la cosa sea
excesivamente difícil. Sus fuertes dedos no se inmutan ante tamaño esfuerzo.
Cuando ha llegado a la llamada “guitarra”, hace reunión y paso por el mismo sitio en segundo lugar.
Las presas son minúsculas y el vacío impresionante. Trescientos metros mas
abajo, empequeñecido por la distancia, está el refugio y cerca de él, dos
puntos pequeñísimos indican la presencia de nuestros compañeros Javieruco
Aldaya y Andoni Feliú, que siguen con mirada atenta nuestras evoluciones.
Una vez en la “guitarra”, descendemos unos
metros prontamente pues el lugar es incómodo. La segunda parte de la travesía
me toca a mí de primero y aunque es más fácil que la anterior, requiere también
su cuidado. Un rato más tarde, nos encontramos al pie del “diedro de 100 metros”
Punto clave
Travesía
Desde este punto tiramos la mochila con la
tienda y el cordino de izar dentro, además de la ropa que nos sobra, la cual
baja como una bala sin tocar ninguna parte, hasta estrellarse en el nevero de
la base. Nuestros compañeros la recogerán más tarde comprobando con autentica
suerte, que no ha sufrido ni el menor deterioro. Aparte del material solo
llevamos una naranja cada uno en el bolsillo, que nos comeremos mas arriba con
piel y todo.
Nosotros, ya sin peso ni estorbos “volamos”
por el diedro que al principio nos engaña. Recelamos a veces de lanzarnos a los
pasos difíciles sin empleo de clavijas de seguro, pero al ver que las presas
son sólidas y abundantes, dejamos las dudas aparte y proseguimos sin pensarlo
demasiado.
El soy ha venido a reunirse con nosotros y nos
impregna con su calor. Esto lo agradecemos en principio, pero pronto nos sofoca
la sed y quisiéramos que volviera a desaparecer.
Diedro
A primeras horas de la tarde, desembocamos en
terreno más fácil y en una estrecha plataforma, recogemos una cuerda azul de 40 metros, último
vestigio del lugar en el que Lastra y Arrabal, pasaron su cautiverio de diez
días en pleno invierno antes de ser rescatados por un helicóptero.
Ahora la pared se presenta fácil y todo invita
a correr. La proximidad de la cumbre, los gritos de Javieruco y Andoni que han
subido por la cara sur, el cansancio acumulado en el cuerpo y las ganas que ya
tenemos de abandonar este mundo vertical, aceleran nuestros movimientos.
Últimos largos
Último paso difícil
Más arriba, ya muy cercanos a la cima,
superamos el paso desde donde cayeron Berrio y Ortiz y pocos metros después nos
desatamos de las cuerdas porque la escalada ha terminado.
Ya en el punto más alto, nos abrazamos con
nuestros amigos, que nos reconfortan con su presencia y con una ensalada que
nos han subido. Es la primera vez que los cuatro hemos pisado la cumbre del rey
de los Picos de Europa. Somos los únicos habitantes del lugar, ya que en el
Naranjo de Bulnes no hay más escaladores que nosotros.
El pensamiento vuela con el recuerdo a Alberto
Rabadá y Ernesto Navarro que nos dejaron como ejemplo una ruta genial, la más
importante del Naranjo en aquel momento
El gozo que ocupa todo nuestro ser, es tan inmenso
y sencillo, como el desnudo mundo de cumbres y abismos que se tienden bajo
nuestros pies.
Pero es necesario iniciar el descenso. La
noche está ya cerca.
En la cima del Naranjo
Notas finales:
Escalada realizada por José Ignacio y Gregorio
Ariz de Pamplona, los días 29 y 30 de Mayo de 1.970
La cuerda recuperada era de Enrique Herreros y
la enviamos al Club de Montaña Peñalara de Madrid.
Adjuntamos algunas fotografías tomadas durante
la escalada que tienen el sabor desgastado de los años.
Y por último, nos agrada que los amigos de
Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, sigan manteniendo tan vivo su recuerdo y
traten de que sean reconocidos como merecen.
Procuraremos participar en los actos programados
en su memoria.
Gregorio Ariz Martínez.
LA DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA
DEL GOBIERNO DE ARAGÓN COMUNICA
QUE EL HOMENAJE A RABADÁ Y NAVARRO ESTÁ "FUERA DE SUS COMPETENCIAS"
Bueno, pues por el momento esto es lo que hay. Seguiremos informando.
GRACIAS GREGORIO, MONTAÑERO Y ABUELO NATURALISTA
Preciosa esta entrega del veterano escalador navarro. Un poco limitado por el escaso entusiasmo que muestran sus meniscos por el alpinismo y la escalada, como la inmensa mayoría de montañeros "maduritos", Gregorio descubre a sus nietos la vida salvaje de los Pirineos, esas marmotas gritonas que tanto han proliferado por toda la cordillera. Mira Gregorio: Más vale que tus nietos se aficionen a ver "bichos" antes que se hagan adictos a la "play station" y al ordenata.
ME VOY DE VACACIONES A VIETNAM.
EL BLOG YA ESTÁ EN ONCE MIL VISITAS. INTENTARÉ SUBIR EL FANSIPAN (TECHO DE VIETNAM), 3.200 m.
Debe ser una especie de Pirineo pero con arrozales y selvas de bambú. Por lo menos no habrá "penitentes" (especie de cuchillos de hielo), ni destrepes en mixto a 6.000 m como este en el Cerro Sajama, de 6.556 m, el techo de Bolivia. En realidad lo que me da miedo es la malaria.
Volcán Sajama, 6.556 m.
Bueno, ya os contaré a la vuelta y atentos al blog porque tenemos en cartera a dos "pesos pesados" del alpinismo nacional: Alberto Rabadá terminando su relato del espolón del Fire y César Pérez de Tudela, decano del alpinismo español reviviendo su escalada a la cara norte del Eiger. Nos vemos.
Las fotos son preciosas. ¡Qué envidia!
ResponderEliminarJesús Vallés