HOMENAJE A RABADÁ Y NAVARRO: TESTIMONIO DE HEINZ POKORSKI

En la travesia Hinterstoisser

La carta de Heinz Pokorski

Alberto Martínez Embid

De nuevo, vamos a viajar hasta Suiza. Aprovechando que, en su día, Toni Hiebeler diera permiso a Montañeros de Aragón para reproducir unos párrafos de su libro sobre “Eigerwand, der Tod Klettert Mit”, insistiremos en los últimos capítulos de la trayectoria vital de Alberto Rabadá y de Ernesto Navarro.

Es decir: regresamos a ese trabajo que tradujera Juan Daniel de San Pío bajo el título de “La Tragedia Española”, para el ya mencionado Boletín de Montañeros de Aragón número 76, del mes de mayo de 1964. En un corto extracto, Toni Hiebeler reproducía, a su vez, esa carta que le remitiera Heinz Pokorski a resultas del fallecimiento de los dos zaragozanos. Así le ponía en antecedentes el aludido:

“La tozudez, pero también la capacidad de resistencia de los aragoneses son proverbiales en España. Alberto y Ernesto eran verdaderos maños, verdaderos hijos de su tierra. Con su tesón, había tenido en todas partes, en los Pirineos y en las Sierras de España, éxito. Tal vez sus expediciones les costasen algún vivac más que a los franceses o a los catalanes, pero, ¡qué importaba eso!

”Hasta el año 1958 cosecharon por este motivo, entre los catalanes, quienes hoy todavía llevan la voz cantante en el alpinismo español, encogimientos de hombros, mitad de compasión, mitad de burla: son maños, son maños, qué se le va a hacer, era la única explicación. Sin embargo, esta actitud cambió. La burla se convirtió en un movimiento de cabeza de incredulidad, luego de asombro, y finalmente, tras los éxitos de Rabadá y Navarro en los años 61 y 62, en una admiración sin reservas. A las facultades físicas ya existentes se había añadido una sobresaliente técnica de escalada. Pero, ¿era esto bastante para la pared Norte del Eiger?

”¿Obraron ambos con ligereza? Después de todo lo que sé de ellos, y tal y como los conocí, no lo creo. Ciertamente que estimaron la montaña en menos de lo que era. Tal vez aplicaron la escala de sus montañas nativas. Pero, ¿puede achacárseles esto como reproche? Esto a nadie corresponde, nadie puede hacerlo. Lo único trágico es que dos hombres valerosos y capaces sucumbieron víctimas solamente de su desconocimiento de las condiciones de esa montaña”.

En fin; como Hiebeler apostilló en 1964, con estas líneas un tanto personales se trataba de que “el camarada de los dos montañeros muertos aclarara un poco el trágico destino de la cordada española”. Pero eso era una empresa prácticamente imposible. Los secretos de la última escalada de Rabadá y Navarro se quedaron allí, en las rampas de hielo de la Travesía de los Dioses.

PICO "ENTREPUERTOS" (LAPAZOSA-BUJARUELO), UNA PROPUESTA PARA ESTE INVIERNO, DE Á. SERRANO
Es un objetivo apacible y no demasiado exigente, muy adecuado si vamos solos, por no requerir material de alpinismo, únicamente piolet y crampones. Ruta evidente desde la cabaña de "eléctricas".

A la derecha de esta montaña se aprecia la carretera, cerrada afortunádamente, del Col des Tentes.

Podemos hacer un recorrido circular subiendo por un puerto (Bujaruelo) y bajando por el otro (Lapazosa). Las pilonas de la línea de Muy Alta Tensión, 220.000 V, nos indican el descenso.

Iniciación al montañismo. Vivac en el circo de Ip y ascensión a la Moleta 2.559 m. Victor Álvarez y sus hijos.

Campamento base.

Cumbre de la Moleta, al fondo Collarada.

Pues seguro que ha sido una estupenda experiencia para las dos chicas y el chico de Victor y se lo han pasado genial.

PICO PALAS, 2.985 m. TRAVESÍA NORTE-SUR
27 y 28 de agosto de 2013

Del refugio de Arremoulit 2.300 m, se sube al oeste al lago del Palas, 2.400 m, donde se puede vivaquear, al aire libre o bajo algún bloque. Proseguir al norte contorneando la arista oeste y la arista noroeste hasta llegar a la importante "Brecha de los Geodésicos" 2.750 m.
Seguir los hitos por terreno poco empinado carente de dificultad y cuando la cresta se pone vertical y afilada contornear por el oeste, repisas y sencillas trepadas (IIº). Volver a la arista y proseguir a toda cresta hasta la cumbre del Palas. 2 horas y media desde el refugio.