La montaña en Aragón
Regreso a los orígenes
Mezalocha será el escenario del homenaje a Alberto Rabadá y Ernesto Navarro en el cincuenta aniversario de su muerte en el Eiger Los actos se celebran el 19 y 20 de octubre
R. MARTÍ 28/09/2013
Ya queda poco para que llegue en Mezalocha el gran día para los recordados Alberto Rabadá y Ernesto Navarro. Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de los dos escaladores aragoneses en la cara norte del Eiger, un grupo de entusiastas, encabezados por Jesús Vallés, se ha puesto manos a la obra y, en colaboración con el Ayuntamiento de Mezalocha, ha organizado un homenaje a los escaladores aragoneses.
El acto se celebrará el fin de semana del 19 y 20 de octubre. Vallés explica cuál es el motivo de este acto en el pueblo zaragozano. "La escalada en Aragón nació en Mezalocha. Es donde Alberto Rabadá con sus compañeros del Frente de Juventudes empezaron a subir paredes. Después, esta escuela cayó en el olvido porque la gente se fue a escalar a Riglos y al Pirineo. Queremos reivindicar las paredes de Mezalocha por su gran dificultad y severidad", explica Jesús Vallés.
Vallés tiene 57 años y escaló desde joven. Ahora vive en Sinués, un pueblecito cercano a Jaca. Como no podría ser de otra manera, pertenece a Montañeros de Aragón, el club al que pertenecieron Rabadá y Navarro. "Soy el impulsor del homenaje junto a Jesús Yarza y Fernando Orús. Tenemos un colectivo llamado Escaladores veteranos de Aragón y nos juntamos una vez al año. En el 2006 organizamos el 50 aniversario de la escalada al Tozal del Mallo en Torla". Como muchos escaladores españoles, Vallés se inició en este deporte en los Mallos de Riglos. "La primera vez que me enfrenté a una vía de Rabadá y Navarro, mi compañero de cordada se partió las dos piernas en la arista norte del Puro. Teníamos 17 años y fue una experiencia dolorosa que acabó con la inocencia de nuestra juventud", afirma.
El objetivo
Para Vallés, el objetivo del homenaje es el "regreso a los orígenes. Queremos recuperar la memoria de Rabadá y Navarro para que las jóvenes generaciones sepan lo que aportaron a la escalada de dificultad. Será un homenaje bonito, modesto y muy entrañable", indica. Rabadá y Navarro abrieron vías de gran dificultad en los años sesenta en Riglos, Ordesa y el Naranjo de Bulnes. "Todos los aragoneses se identifican con el coraje de estos chicos que eran amateurs, unos ebanistas que se ganaban la vida trabajando y empleaban su tiempo libre en escalar sin medios y en una época de gran pobreza. Nos han dejado escaladas maravillosas", indica.
El acto más importante será el descubrimiento de una placa el domingo 20 de octubre a las doce de la mañana. "Es un programa muy denso, pero lo más bonito es el descubrimiento de una placa en el cañón de Mezalocha. Estará orientada al sol, que es lo que no tuvieron Rabadá y Navarro en el Eiger. Les mató el frío y el agotamiento". Asistirán al acto María Antonia Ansón, alcaldesa de Mezalocha, Luis Masgrau, presidente de la territorial y Ramón Tejedor, presidente de Montañeros de Aragón. Vallés siente tristeza por la ausencia de otras instituciones. "No hemos encontrado una gran respuesta del Gobierno de Aragón. Les hemos invitado a todos, incluso a José Ignacio Wert, ministro de Cultura, Educación y Deporte, pero no nos han confirmado su presencia", explica.
El acto central será una mesa redonda el sábado a la que han sido invitados personalidades del montañismo español. Han confirmado su presencia César Pérez de Tudela, Daniel Guirles, Santiago Hernández, Isodoro Rodríguez, Jesús Mustienes y Sebastián Álvaro. Moderará Fernando Orús. También colabora Ángel Lopez Cintero, que dirige una ponencia centrada en Montañeros de Aragón. "Era cuñado de Alberto. Con 75 años le funciona la cabeza perfectamente. Es un hombre recto y generoso. No se ha hecho mayor y se ha quedado en los 19 años", dice.
CRESTA TUMENEJA, PIRINEU CATALÁ. OTRA REMONTADA DEL ALPINISTA FÉLIX ESCOBAR.
Cresterío granítico de Tumeneia.
Se precisan algunos rápeles.
Fin de la cresta.
IBÓN DE BERNATUARA Y PICO GABIET, 2.712 m. Un acceso rápido al Vignemale.
Ibón de Bernatuara, siempre frío y desapacible.
Miguel Marín llegando a la cumbre del pico Gabiet, 2.712 m, al fondo el Taillón y los Gabietos.
Refugio "Plana Sandaruelo". Bastante sucio y en mal estado. Capacidad para seis personas.
Los puertos de Bernatuara constituyen un camino fácil y seguro para acceder a la vía normal del Vignemale desde San Nicolás de Bujaruelo.
El pico Bernatuara, o Gabiet, como lo denominan los mapas franceses, ofrece en invierno una soberbia arista de nieve aérea y elegante. En verano los hitos nos conducen al norte por pedreras y resaltes sin dificultad.