El pintor y alpinista Ángel Serrano, de Madrid, ha diseñado esta hermosa placa que instalaremos, una vez obtenidos los permisos correspondientes y la financiación necesaria, en una pared rocosa del mirador del pantano, a la entrada del cañón de Mezalocha. Es un lugar de una belleza insuperable, adornado por los escarpes de la Peña del Moro y las aguas tranquilas del embalse.
Allí se inició la escalada en Aragón y es donde quedará instalada la placa para que las generaciones de montañeros, senderistas y escaladores, tengan un hermoso recuerdo de Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, dos valerosos aragoneses que revolucionaron la escalada en España.
¡¡CERCA YA DE LAS 18.000 VISITAS!!
Las consultas al blog del homenaje a Rabadá y Navarro revelan que el 50 aniversario de la muerte de nuestros dos alpinistas no va a pasar desapercibido. Sin ir más lejos, contamos con la presencia del ministro de Cultura y Deporte José Ignácio Wert, (si su agenda se lo permite, claro está). Y no podría ser de otro modo dada la cordial acogida que el homenaje está teniendo en diferentes foros deportivos y culturales de Aragón y de toda España.
Mezalocha-2013, ¡¡Allí estaremos, si señor!!
PIZ BERNINA´S FALSE START.
(ESTRATÉGIA ERRÓNEA EN EL PIZ BERNINA) En los Alpes, Piz Bernina, tuve tres días de depresión borrascosa, con lluvias débiles en el valle y nevadas por encima de 3.500 m. Pontresina es caro. Gasto unos 100 euros al día en alojamiento y comida.
Al tercer día tomo el tren y subo por el teleférico a la estación de esquí "Diavolezza", 2.970 m. Tormenta de nieve y granizo a la tarde.
En el refugio Diavolezza intentaron "prohibirme" que subiera sólo. Apenas había candidatos al pico. Ese mismo día, un guía y dos clientes tuvieron que darse la vuelta en la "Cresta Fortezza", (II y III), con sus presas y seguros tapados por 30 cm de nieve fresca. Fui advertido severamente por la directora del complejo de que el glaciar superior tenía ahora ocultas sus grietas y que tenía que esperar a que los guías abrieran la ruta. Se me metió el miedo y no pude pegar ojo en toda la noche, yo sólo en un dormitorio enorme, pero convencido de que debía intentarlo me levanté y desayuné a las 05:00 h sin el menor apetito. El jueves, (4º día en Suiza), salí solo a las 06:00 h y crucé el glaciar inferior (Vadret Pers) donde hay pocas grietas y son visibles. La sorpresa fue que en un rellano de nieve había tres muchachos checos, de unos 30 años, sin presupuesto para alojarse en el refugio y con una tienda de campaña. Han escalado en deportiva y su única experiencia alpina es la ruta normal (Gouter) al Mt. Blanc, pero los convenzo de que nos vayamos los cuatro a la cumbre porque yo me ocuparé de todo. Cogemos dos cuerdas para los cuatro, será suficiente.
Los checos desmontan su campamento y emprendemos la arista Fortezza, fácil al principio, un par de horas hasta una cresta afilada con cuatro torres o bastiones rocosos. Abismo sobre los glaciares a ambos lados, presas y seguros ocultos bajo la nieve.
Hacemos una única cordada, atados los cuatro y voy superando las dos primeras torres. Van lentos y fatigados por el peso de sus mochilas voluminosas. Dicen que nunca han hecho nada parecido y que ese terreno les supera. Yo los reúno y les explico que a ese ritmo no vamos a llegar arriba (20 metros a la hora).
Debemos hacer dos cordadas para intentar avanzar más deprisa pero el terreno que sigue, la tercera torre, es un flanco muy aéreo y sin seguros, todo cubierto de nieve. Avanzo 30 m en horizontal y encuentro un parabolt. Los checos no quieren pasar. Yo insisto: ¡Go, easy, go, easy! Uno de ellos, David, (médico militar) llega con coraje y decisión.
A continuación fuerzo un muro empinado, alto de unos 25 m, con los dos piolets incando en la nieve reciente, suelta e inestable. ¡Es lo más difícil que he pasado en Alpes! Reunión con dos parabolts, 3.500 m. ¡Ya sólo nos queda la última torre, de unos 30 m para salir a las fáciles pendientes del glaciar superior, terrazas Bellavista. Piz Bernina: ¡Te tenemos!
Pero si los cuatro juntos íbamos muy lentos, ahora, en dos cordadas no avanzamos en absoluto. Veo a Peter detenido en la travesía, bloqueado. No hace la mínima mención de atravesar. Ya puedo desgañitarme en mi rudimentario inglés. Sé que no quieren, que no pueden subir. Mi jugada me ha salido mal. Los chicos están en peligro y lo saben. Quieren bajar. Ellos me gritan "Christo" (por Jesucristo), ¡Down, down! (Para abajo, para abajo)
Intuyo que una caída aquí sería mortal, suspendido en el vacío, muerte por asfixia y colapso circulatorio. Se jodió esto. Yo he liado a los chavales y no puedo dejarles aquí. Me descuelgo de la reunión y a mitad del flanco, consigo instalar un rápel precário fabricando un empotrador con una cinta y una piedra pequeña que encajo en una fisura escarbando en la nieve. Me reúno con David y recorremos con paciencia la travesía horizontal en sentido inverso ya que Péter y Háns están atascados y se mueven con mucha lentitud.
Después hacemos tres rápeles y alcanzamos la base de la cresta. El buen tiempo se instala definitivamente.
Entonces aparecen dos guías con sus clientes. Van para arriba y nos preguntan cómo está la cresta Fortezza. Los clientes son italianos y me informan de que cada guía cobra 950 francos (850 euros) ¡Jodo!
A las seis de la tarde estamos los cuatro en Diavolezza. Los chavales checos felices con la experiencia. Yo tranquilo conmigo mismo pues he actuado siguiendo la voz de mi conciencia, anteponiendo la seguridad de los chicos a mi obsesión por la cumbre. Les invito a unas cervezas, luego pagan ellos otra ronda. Les busco un vivac en un collado cercano y les explico que como ya ha llegado bastante gente, pueden pasar desapercibidos y ducharse en el refugio, que es enorme. La directora del complejo me felicita por mi responsabilidad.
Un rato más tarde, un guía suizo, en precario francés, me suelta lo siguiente: "Lástima que no has podido subir. Puedes venir mañana conmigo y mi cliente. No tienes que pagarme nada".
Señor guía, muchísimas gracias, pero mis vacaciones se acabaron ya. He de volver a España.
Al día siguiente aún subiré el Piz Trovat y el Munt Pers, de unos 3.200 m. Los checos optan por una "ferrata". Con cierta pena veo las cordadas encaramadas en la cresta Fortezza camino del Bernina. Desciendo al valle y tomo un tren hacia Milán.
Esa noche, en Niza, tendré que utilizar mi piolet para defenderme, a mí y a tres chicas americanas, de unos mendigos descuideros. Las acosan e intimidan. Me piden, por favor, que las ayude. No hay policía, solo noctámbulos de aspecto siniestro. Un tipo me ofrece cocaína y otro grandullón me amenaza con una lata grande de cerveza. Detrás, un negro observa sin perder detalle.
Al grandullón le pego una patada en el pecho. Me caigo hacia atrás y se me echa encima y me pone un mechero encendido en la cara: "Je vais te bruler, fils de putain". Entonces le arremeto en el hígado con la parte plana de la hoja del piolet. Otros rateros se aproximan y me rodean, el negro tipo Togo o Malí intenta atrapar mi mochila mientras me espeta tambien: Pour quoi tu n´enleves pas tes femmes dans l´hotel? Tambien me dice: ¡raciste!
Las chicas están chillando, ¡policía, policía, policía! Los coches pasan de largo. Advierto: ¡ Attention, Si vous approchez je frappe!
Tres coches de la policía llegan al fin. Ponen a los mendigos contra la pared. Un agente me arrebata el piolet. (Me lo devuelve después)
Las chicas, una colombiana, una salvadoreña y una mexicana, explican a la policía, en inglés, que ellas me pidieron que las protegiese de los delincuentes. Han hecho un máster fin de carrera en Madrid y se han comprado un inter rail para viajar por el sur de Europa. El tren las dejó a medianoche en Niza. La estación cierra hasta las 05:00 h. Un hotel cuesta 90 euros. La policía nos pregunta si nos han robado. Todo era crear confusión y pillarnos un bolso, una mochila o lo que pudieran. Ya son las cuatro, en una hora se abrirá la estación y seguiremos nuestro camino. Ellas a Roma, yo a Barcelona.
El caso es que me hice daño en la mano al caer sujetando el piolet, ¿ O fue al sacudir con todas mis fuerzas?.
Qué más da, pobres tipos. ¡Que rollo más chungo, mira que si me meten un navajazo!
Arista de nieve.
Cresta Fortezza, punto alcanzado.
Resalte.
David (30).
Péter.
David y Péter.
Muro de nieve (70º).
Péter detenido. Yo estoy arriba a la derecha en la reunión bajo la última torre.
En retirada.
Rápel.
Glaciar Vadret Pers.
Grietas.
Jesús (56) y Péter (29).
Háns(29), Péter, Jesús y David en Diavolezza.
Va a ser el principio de una amistad. Estos muchachos checos vendrán en primavera a los Pirineos y los instalaré en mi refugio Cicutar, al pie de Collarada y la Peña Telera. El caso es que yo tambien les he prometido visitar la cordillera "Tatra" en su país. ¡¡Habrá que ir, qué remedio!!
Jesús,Jesús..; podría reñirte por haber utilizado a esos conejillos de indias. pero , en ese caso, debería empezar a reñirte por salir solo y en las circunstancias que rodeaban la situación.En fin, quien pretenda ignorar que,en montaña "seria"todos nos utilizamos a todos que cambie de deporte. He oído a mas de uno-y una- decirme: de no haber sido con Jesús no habría hecho esta actividad (que les llenó de sano orgullo amén de engrosar su palmarés).
ResponderEliminarSe que lo mismo que te valiste de los checos ,retrocediste al comprobar que los habías puesto en peligro-al fin y al cabo tu desconocías su nivel- pero puedes estar seguro que recordarán esa experiencia como un momento estelar de sus vidas y que, si mañana los invitas a otra fechoría(mas facilita)te acompañarán gustosos.
vaya historias.....habría que ver que paso de verdad.
ResponderEliminarhiciste tu apuesta, única probabilidad disponible para no cruzar los glaciar en solitario, pero claro, con las condiciones de nieve en la cresta y al desconocer las capacidades de los nuevos compañeros pues pasó lo que pasó.
ResponderEliminaral menos has ganado tres amigos en Chekia!!!
pero eso nada con lo de Niza, eso sí que debió ser una aventura!!!!
Saliéndome del debate para ingresar en el tema central de este blog, que es homenajear a Rabadá y Navarro: ¿alguien ha leído el artículo de Mariano Gracia en el Heraldo de Aragón del 16 de octubre pasado...? Se titulaba "Montañeros aragoneses en el olvido" y yo diría que estaba muy en sintonía con cuanto preconiza nuestro "Perro de Roca"...
ResponderEliminarAlberto Martínez Embid
El artículo es de Mariano García y ha coincidido con la decidida actuación de los escaladores de Ayerbe y de su ayuntamiento que han dedicado una glorieta a Rabadá y Navarro y organizado un sencillo pero interesante coloquio.
ResponderEliminarParece que el año de Rabadá y Navarro va a estar de lo más animado. Hoy mismo me he encontrado con Leonardo Puértolas, presidente de los Grupos de Montaña de Sabiñánigo y me ha confirmado que este club organizará por su cuenta un acto de homenaje en 2013.
¡vaya Jesus! Veo que a ti también te puede llegar a "abducir" ciertas montañas. Enhorabuena por salir sano y sacar con vida y contentos a estos pobres incautos que se asociaron contigo. La montaña no estaba para experimentos, Que pena que no tuvieras un dia más para repetir la ascension. Ahí te queda una cuenta pendiente y espero que una lección aprendida, que de la montaña nunca deja uno de aprender.
ResponderEliminarAndrés Benesiu