Fue a mediados de junio del 2005 cuando tuve conciencia de la existencia de la Arista de los Murciélagos en el Aspe. Iba a conocer a Jesús Vallés, el creador del blog en el que escribo ahora como invitado. La idea inicial era ascender esa vía abierta por Rabadá, yo tenía además la intención de sacar a Jesús una entrevista para un capítulo del libro “Escalad, escalad malditos” y Jesús, a su vez, que asistiéramos también el día anterior a una manifestación por la reintroducción del Oso pardo en el Pirineo.
Al final, la manifestación se pospuso y acabamos ascendiendo el Aspe por la vía sur normal porque el nivel general de las posibles cordadas no hubiese aconsejado una vía de esa dificultad. Desde la cima del Aspe pude admirar el magnífico perfil de la arista dividiendo el abismo desde el fondo del valle. Yo ya había estado dos o tres veces en esa cima y ese día fue uno de esos en los que aprendes a mirar la montaña de una forma más interesante.
En esto de las montañas el aprendizaje va por fases, primero aprendes tan sólo a manejarte por ellas, después acabas reconociendo recorridos y repitiéndolos sin guía, pasas a distinguir todos sus perfiles desde lejos y recordar el nombre de cada pico y collado, aprendes a diferenciarlos incluso desde otras vertientes y acabas interesándote por sus diferentes rutas.
Cuando te adentras en la vertiente histórica de las montañas quiere decir que estás comenzando a comulgar con la verdadera cultura alpina. Esa misma arista la habría contemplado desde la cima en multitud de ocasiones y puede que hubiese admirado su belleza pero no tenía recuerdos de ella. Sin embargo, estar allí, saber que había sido abierta en el año 1960 por unos personajes de talla, verla ahí a mi alcance y no haberla ascendido creó en mi la necesidad imperiosa de volver a intentarla en alguna otra ocasión, ya nunca podría borrarla de mis pensamientos.
No hay nada más estimulante en la montaña -y aún en otros ámbitos- que plantearse nuevos retos y atesorar en la recámara sueños que alimenten nuestro espíritu.
Volví en junio del 2007, dos años después. En esa ocasión estábamos tres para subir y con más garantías, el guía era de nuevo Jesús y yo me sentía capacitado mental, técnica y físicamente para una vía que años antes no hubiese ni siquiera imaginado.
Cuando repites una clásica, aunque sea fácil, te puede entrar la tentación de pensar que no es para tanto. Yo, en aquel junio de 2007, estaba en lo que con toda modestia (y algo de melancolía) podría denominar como la cúspide de mi capacidad y la primera parte de la Arista de los Murciélagos me pareció fácil aunque en un punto, cuando toca asomarse al abismo que precisamente preside el paso clave de la Arista, comprendí que hace falta también osadía para subir por ahí y más pensando en el material de aquella década –muchas veces inventos propios- o en la incertidumbre de lo que te puedas encontrar más arriba. Me comentaron que en la primera apertura estuvo Rabadá y después de haber visto algunas de las vías abiertas por la mítica pareja Rabadá y Navarro, he comprendido que aquellos tipos fueron algo excepcional.
La visión de la Oeste del Naranjo lo corrobora por ejemplo y la lectura de la primeras ascensiones a la Norte del Eiger nos da la verdadera medida del valor de su intento a la primera ascensión Española a esa mítica vía. Ellos perecieron en el Eiger en 1963 y poco antes, también en el Aspe, habían estado afinando su técnica alpina invernal en la vía Edil de cara al éxito en los Alpes. Tal vez algún día deba intentarla para completar el pequeño círculo.
Álvaro Osés. Alpinista y escritor.
CURSO DE PROGRESIÓN EN CRESTAS DE ROCA Y NIEVE
CLUB DE MONTAÑA PIRINEOS. ZARAGOZA
21 y 22 de abril, 5 y 6 de mayo.
Director: LORENZO PUEYO SENDER
Teléfono de contacto: 619 993666
e-mail.- loorchang@hotmail.com
La Arista de los Murciélagos al Aspe es un magnífico entrenamiento para otros objetivos, otras aristas, como la estética cresta sur-este al Zinalrothorn, 4.224 m en Zermatt.
Estupenda colaboración de Álvaro Osés, ganador del Premio Literário Desnivel, con su novela:
ResponderEliminarACONCAGUA, CENTINELA DE PIEDRA.
Álvaro es un gran animador cultural y deportivo.
Su club "Muskaria" en Tudela de Navarra es uno de los más activos en montañismo y alpinismo.
Lorenzo Pueyo Sender, alpinista con experiencia en Andes e Himalaya suma una técnica depurada y meticulosa al nervio del escalador inquieto por alcanzar siempre la cumbre. ¡Un auténtico "mordido"!
pues mira que no me acordaba que la arista del Murciélago fue abierta, entre otros, por Rabadá. he tenido la suerte de poder culminar en una ocasión esa magnífica, aunque la cataloguen de "fácil", ruta, donde también se dió la desgracia de perder a un amigo en accidente.
ResponderEliminarun saludo para Álvaro, cuya pluma sigue en forma, y para Lorenzo, que con su experiencia y buen hacer enrriquece nuestro club día a día.
Félix
¡Un texto magnífico, Álvaro! Ya sabes que tu novela sobre "El Centinela de Piedra" (Desnivel, 2003) es una de mis favoritas del Premio... Tu trama en torno al Aconcagua es FAN-TÁS-TI-CA...
ResponderEliminarY un detalle importante: en vuestra primera cita con la arista de los Murciélagos, tirásteis de la "normal" no haber constatado el nivel mínimo suficiente entre los candidatos...
Alberto Martínez Embid