Homenaje a los escaladores Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, en el cincuenta aniversario de su muerte en la cara norte del Eiger.

LA ASISTENCIA AL HOMENAJE ES LIBRE Y NO HAY NINGÚN INCONVENIENTE EN QUE, QUIEN LO DESÉE, PUEDA CENAR CON SUS PROPIOS ALIMENTOS AUNQUE PARA HACERLO EN EL CATERING DEL PABELLÓN ES IMPRESCINDIBLE LA RESERVA CON 25 EUROS.

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martes, 27 de diciembre de 2011

RABADÁ Y NAVARRO, PERFECIÓN Y BELLEZA, ÉTICA Y ESTÉTICA.

Si repasamos la obra deportiva de nuestros querídos paisanos, Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, ¿cual es el elemento más consistente de su impronta?, la belleza, sin duda. Ese trazo elegante, escrito con sudor, esfuerzo y osadía sobre las hermosas paredes de caliza y conglomerado que les proporcionaron su espacio vital. El marco donde pudieron expresar su tremenda creatividad estos dos modestos ebanistas, humildes en su vida cotidiana pero unos titanes de lo vertical.
Una realización artística es buena en cuanto que es bella. La perfección se encuentra asociada al bien. Estas sencillas premisas filosóficas nos permiten comprender porqué los itinerários de la cordada Rabadá y Navarro han mantenido su prestigio 50 años después del trágico intento de la cordada aragonesa a la cara norte del Eiger. Desde el vertiginoso pilar de Cotatuero a la humilde, pero irresistiblemente atractiva, vía "Edil" de la Aguja Roja, pasando por la monolítica y gigantesca cara oeste del Naranjo, y terminando finalmente en su obra maestra, el espolón del Firé, es belleza, belleza y más belleza, el sentimiento dominante que se impone sobre las demás percepciones cuando el ojo escrutador del aficionado a la escalada recorre estos abismos de roca.
Explorada pues la vertiente estética, es obligatorio detenernos ahora en la ética como condición determinante de los dos escaladores zaragozanos en su relación con las paredes montañosas. Porque más importante aún que lo que subieron es "como" lo hicieron, y es en esta crucial faceta donde se manifiesta en toda su grandeza la obra de Rabadá y Navarro pues ellos establecían un diálogo, una especie de cortejo, un romance, con las murallas de roca, conformadas por una geología de millones de años de manera que estas se rendían a sus encantos, y aceptaban desvelar sus secretos a los valientes, y seductores, escaladores, mortales, hombres de carne y hueso. El aprovechamiento estricto de los relieves y morfología de los paños de roca como factor determinante de la línea de progresión. Esta disciplina tuvo, al otro lado de los Pirineos, la réplica, explosiva y creativa, de los hermanos Jean y Pierre Ravier.
Es cierto que nuestras montañas se han "rendido" a otros virtuosos de las paredes. Ahí están Raymond Despiau con su "Spígolo", Ursi con la "Carnavalada" ó Miguel Ángel G. Gallego, con la "Murciana" al Pisón, pero lo que diferencia estás magníficas vías con otras aperturas de Rabadá y Navarro, como la arista norte del Puro, o la vía de "La Risa", es, sobre todo, el compromiso, la exposición, el "engagement", pero esa escuela, esa disciplina, regresa con fuerza y poderío, en la vanguardia de la nueva generacion de escaladores, y 50 años más tarde, Paca y  Pelut, dos especialistas catalanes, remontan la muralla del Pisón, sin poner ni un sólo taladro, ni a mano, ni con máquina, confiando exclusívamente sus vidas a los recursos de su técnica y habilidad.

En poco más de dos semanas desde su creación, el blog HOMENAJE A RABADÁ Y NAVARRO, ya va camino de las dos mil visitas. Alberto y Ernesto tienen admiradores en Canadá, EE.UU, Bolivia, Rusia y la India, entre otros países. 2012 va a ser un año de movilización e insistencia para conseguir que alguna bonita calle de Zaragoza, su ciudad, les sea dedicada. Os pediremos que lo soliciteis por carta, la de siempre, la de toda la vida, con sobre y sello. Mientras tanto, os invitamos a compartir vuestras reflexiones, vuestras experiencias y vuestras emociones en este humilde foro que se pone a vuestra disposición para mantener víva la llama del recuerdo a estos dos jóvenes escaladores, auténticos semidioses, que nos marcaron un camino, una ruta que orientó nuestras vidas y nos dió tanta felicidad.